La prueba de disfagia o prueba de deglución es una evaluación para determinar si existe dificultad para tragar y su causa.
Duración de la prueba: La duración de una Prueba de disfagia alrededor de 45 minutos según el tipo específico de prueba efectuado (incluyendo evaluación clínica y test previos).
Preparación necesaria: en general se requiere un ayuno de entre 4 y 6 horas, no fumar ni masticar chicle y suspender temporalmente algunos medicamentos específicos.
Qué es una Prueba de disfagia
La prueba de disfagia es un examen médico utilizado para evaluar y diagnosticar dificultades en la deglución. La disfagia es la sensación de dificultad para pasar alimentos o líquidos desde la boca al estómago. Este tipo de prueba puede incluir una variedad de procedimientos para observar cómo una persona traga diferentes sustancias y para identificar en qué parte del proceso de deglución se encuentran las dificultades.
Entre los métodos de prueba más comunes se incluyen:
- Método de Exploración Clínica Volumen-Viscosidad (MECV-V): método clínico que consiste en administrar una serie de bolos de 3 viscosidades y 3 volúmenes diferentes que se suministran secuencialmente con una progresión en cuanto a dificultad. Se trata de un método fácil de realizar, a pie de cama (no invasiva) en pacientes ingresados, aunque también se usa a nivel ambulatorio en centros preparados. Es indolora, y es realizada por personal sanitario experimentado/entrenado que sepa interpretarlo (nutricionista, enfermera o logopeda).
- Estudio de Deglución por Video Fluoroscopía (EDVF): también conocido como videofluoroscopia de la deglución (VFSS), es una prueba de rayos X en tiempo real que muestra el paso de los alimentos y líquidos desde la boca hacia el estómago, permitiendo identificar en qué momento del proceso de deglución se produce el problema.
- Endoscopia de Deglución por Fibra Óptica (FEES): utiliza un delgado tubo flexible con una cámara en el extremo (endoscopio) para observar directamente la garganta mientras la persona intenta tragar. Esta prueba puede ayudar a identificar problemas de coordinación durante la deglución y la presencia de residuos en la garganta después de tragar.
Cada una de estas pruebas tiene sus propias indicaciones y puede ser recomendada dependiendo de los síntomas específicos del paciente, la historia clínica y los resultados de evaluaciones previas. La elección de la prueba adecuada es crucial para establecer un diagnóstico correcto y desarrollar un plan de tratamiento efectivo para la disfagia.
El diagnóstico y tratamiento de la disfagia suelen requerir un enfoque multidisciplinario. Dependiendo de la causa subyacente, podrías ser remitido a especialistas como foniatras (patólogos del habla y el lenguaje), otorrinolaringólogos, nutricionistas, gastroenterólogos o neurólogos, quienes colaborarán para desarrollar el mejor plan de tratamiento para cada persona.
Cómo se realiza una Prueba de disfagia
Según el tipo de prueba específico se sigue un procedimiento distinto.
Evaluación Clínica de la Deglución (ECD)
- Recogida de información: el logopeda o el médico comienza la ECD recopilando información sobre el historial médico del paciente, incluyendo cualquier problema de deglución que haya tenido en el pasado. También pregunta sobre los síntomas actuales relacionados con la deglución, como la frecuencia y la gravedad de la dificultad para tragar, los tipos de alimentos o bebidas que le causan problemas, sensación de obstrucción en la garganta, tos frecuente durante o después de comer y cualquier otro síntoma asociado a la disfagia.
- Examen físico: el especialista realiza un examen físico de la boca, garganta y esófago del paciente para detectar posibles signos de problemas de deglución.
- Pruebas específicas: en algunos casos, se realizan pruebas específicas como la prueba de la tos para observar si hay problemas para expulsar la saliva o los alimentos de la garganta, la prueba de la succión para evaluar la fuerza de succión o la prueba de la masticación para evaluar la fuerza y la coordinación de la masticación.
- Observación de la deglución: en esta fase, el profesional observará cómo se traga agua en diferentes tipos de textura y volúmenes. Esto puede implicar el uso de un pulsioxímetro en el dedo, para monitorear los niveles de oxígeno mientras se traga.
- Análisis de los resultados: finalmente, el especialista analiza los resultados de la ECD para determinar si hay algún problema de deglución y en qué grado. Si se identifica disfagia se proporciona información sobre el tratamiento adecuado para abordar las dificultades de tratar identificadas.
Estudio de Deglución por Video Fluoroscopía (EDVF)
- Preparación: antes de la prueba, se le pedirá que no coma ni beba nada durante varias horas. Es posible que deba quitarse algunas joyas o ropa que pueda interferir con la radiografía, y se le colocará un delantal de plomo para protegerlo de la radiación.
- Procedimiento: el EDVF se realiza en una camilla debajo de una máquina de rayos X. Se le dará una sustancia líquida espesa que contiene bario para tragar, mientras se toman radiografías para observar cómo se mueve a través de la boca, la garganta y el esófago. La prueba suele durar unos 30 minutos.
- Resultados: el médico o el radiólogo revisará las radiografías para observar si hay alguna anomalía en la deglución, como residuos de comida, retraso en el movimiento del bario o derrame en las vías respiratorias. En algunos casos, se puede realizar una endoscopia al mismo tiempo que el EDVF para observar el interior del esófago con una cámara.
Endoscopia de Deglución por Fibra Óptica (FEES)
- Preparación: la preparación para una FEES es similar a la de un EDVF. Se pedirá que no se coma ni beba nada durante varias horas antes de la prueba. Es posible que deba quitarse algunas joyas o ropa que pueda interferir con el procedimiento y se le puede administrar un aerosol anestésico para adormecer la nariz y la garganta.
- Procedimiento: se le colocará un endoscopio flexible (un tubo delgado con una cámara en el extremo) en la nariz, que se pasará por la nariz hasta la garganta y el esófago. Se le pedirá que trague diferentes líquidos y sólidos mientras se observa el proceso de deglución a través del endoscopio. La prueba suele durar unos 15 minutos.
- Resultados: el médico o el especialista en deglución observará las imágenes de la deglución para identificar cualquier problema, como:
- Residuos de comida en la boca o la garganta después de tragar.
- Retraso en el movimiento del bolo alimenticio a través del esófago.
- Derrame de comida o bebida en las vías respiratorias.
- Debilidad o parálisis de los músculos de la deglución.
- En algunos casos, se puede realizar una biopsia durante la FEES, extrayendo una pequeña muestra de tejido para analizarla en un laboratorio.
Todas estas pruebas son seguras y no invasivas que en la mayoría de ocasiones no ocasionan ningún efecto secundario. A pesar de ello, según la prueba, existe una pequeña probabilidad de incomodidad, aspiración, o en casos muy raros, complicaciones como desgarros o sangrado si se realiza una biopsia.
Qué enfermedades permite diagnosticar
La disfagia se categoriza principalmente en disfagia esofágica y orofaríngea. La disfagia esofágica puede ser causada por condiciones como acalasia, espasmos, estrechamiento del esófago, o tumores. La disfagia orofaríngea puede resultar de trastornos neurológicos, daños neurológicos, o cáncer, afectando la capacidad de mover los alimentos de la boca al esófago
Las pruebas de disfagia pueden ayudar a diagnosticar una variedad de enfermedades que afectan la deglución, incluyendo:
- Enfermedades neurológicas: Las pruebas de disfagia pueden ayudar a identificar si la dificultad para tragar se debe a un daño en los nervios que controlan la deglución, como en el caso del accidente cerebrovascular, o a la rigidez y temblor en los músculos de la boca y la garganta que provoca la enfermedad de Parkinson. También pueden detectar si la esclerosis múltiple ha afectado los nervios que controlan la deglución o si la enfermedad de Alzheimer ha impactado la memoria, el pensamiento y el lenguaje, dificultando la deglución.
- Enfermedades musculares: pueden determinar si la dificultad para tragar se debe a la debilidad muscular generalizada que causa la miastenia gravis o a la debilidad muscular progresiva que provoca la distrofia muscular, ambas afectando los músculos de la boca y la garganta.
- Enfermedades esofágicas: pueden identificar un estrechamiento del esófago que dificulta el paso de la comida, conocido como estenosis esofágica. También pueden detectar un trastorno que afecta el movimiento del esófago, llamado acalasia, o un tumor que crece en el esófago, conocido como cáncer de esófago.
- Otras enfermedades: pueden ayudar a diagnosticar el reflujo gastroesofágico, que se produce cuando el contenido del estómago regresa al esófago, irritando el tejido y dificultando la deglución. También pueden detectar la presencia de divertículos esofágicos, pequeños sacos que se forman en la pared del esófago, o la presbifagia, dificultad para tragar que se presenta con la edad.
- Neumonía por aspiración y desnutrición: pueden ser útiles para diagnosticar la neumonía por aspiración, una infección pulmonar que se produce cuando la comida o la bebida ingresa a las vías respiratorias, y la desnutrición, una condición que puede ocurrir si no se ingiere suficiente comida o bebida debido a la dificultad para tragar.
Es importante tener en cuenta que las pruebas de disfagia no siempre pueden identificar la causa exacta de la dificultad para tragar. En algunos casos, se necesitan pruebas adicionales para obtener un diagnóstico preciso.
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