La fístula de líquido cefalorraquídeo (FLC) es una condición médica que puede afectar significativamente la calidad de vida de quienes la padecen.
Según un estudio publicado en la revista Neurology en 2019, la FLC ocurre en aproximadamente 1 de cada 100.000 personas por año. Esta prevalencia es relativamente baja, pero puede tener un impacto significativo en la salud y el bienestar de las personas afectadas.
Qué es la Fístula de Líquido Cefalorraquídeo
Una fístula de líquido cefalorraquídeo (FLC) es una abertura anormal entre el espacio subaracnoideo, donde circula el líquido cefalorraquídeo (LCR), y el espacio exterior. El líquido cefalorraquídeo es un líquido claro que rodea el cerebro y la médula espinal. Ayuda a proteger el sistema nervioso central y a transportar nutrientes y desechos.
Síntomas de la Fístula de Líquido Cefalorraquídeo
Los síntomas de la FLC pueden variar en función de la ubicación de la fuga y la gravedad de la misma. Los más comunes incluyen:
- Dolores de cabeza
- Náuseas y vómitos
- Visión borrosa
- Mareos
- Zumbido en los oídos
- Fluídos que salen por la nariz o el oído
El pronóstico de la FLC es generalmente bueno. La mayoría de las personas con FLC se recuperan por completo después del tratamiento. Sin embargo, algunas personas pueden experimentar complicaciones, como meningitis o encefalitis.
Tipos de Fístula de Líquido Cefalorraquídeo
Hay dos tipos principales de FLC: traumáticas y espontáneas.
- FLC traumáticas: Se producen cuando una lesión en la cabeza o la columna vertebral rompe la barrera que separa el LCR del espacio exterior. Las FLC traumáticas son el tipo más común de FLC, y representan aproximadamente el 80% de todos los casos.
- FLC espontáneas: Se producen sin una causa aparente. Las FLC espontáneas representan aproximadamente el 20% de todos los casos. Las FLC espontáneas pueden ser causadas por una variedad de factores, incluyendo:
Las Fístula de Líquido Cefalorraquídeo también se pueden clasificar según su ubicación:
- FLC craneales: Se producen en el cráneo. Las FLC craneales pueden afectar a la nariz, los senos paranasales, los oídos o el cerebro.
- FLC espinales: Se producen en la columna vertebral. Las FLC espinales pueden afectar a la columna cervical, torácica o lumbar.
Por qué se produce la Fístula de Líquido Cefalorraquídeo
Causas de las FLC traumáticas
Las FLC traumáticas pueden ser causadas por cualquier lesión que rompa la barrera que separa el LCR del espacio exterior. Las lesiones más comunes que causan FLC traumáticas son:
- Accidentes automovilísticos
- Accidentes deportivos
- Caidas
- Violencia
Causas de las FLC espontáneas
Las FLC espontáneas pueden ser causadas por una variedad de factores, incluyendo:
- Infecciones: incluyen la meningitis, la encefalitis y las infecciones de los senos paranasales.
- Tumores: algunos como los meningiomas, los gliomas y los schwannomas.
- Defectos congénitos: incluyen la espina bífida y el síndrome de Arnold-Chiari.
- Traumatismos menores: una caída o un golpe en la cabeza pueden causar FLC espontáneas en personas con ciertos factores de riesgo, como la obesidad o la apnea obstructiva del sueño.
Cómo se puede prevenir la Fístula de Líquido Cefalorraquídeo
La mejor manera de prevenir la FLC traumática es evitar las lesiones en la cabeza o la columna vertebral. Esto se puede hacer tomando las siguientes medidas:
- Usar casco cuando se monta en bicicleta, patineta o motocicleta.
- Usar protectores para el cuello cuando se practica deportes de contacto.
- Tener cuidado al practicar deportes de riesgo, como el esquí o el snowboard.
- Usar cinturón de seguridad en el automóvil y el asiento de seguridad para niños.
No hay una forma segura de prevenir la FLC espontánea. Sin embargo, hay algunas cosas que puede hacer para reducir su riesgo, como:
- Mantenerse saludable y en forma.
- Controlar las enfermedades crónicas, como la hipertensión y la diabetes.
- Reducir el consumo de alcohol y tabaco.
Si tiene un mayor riesgo de FLC espontánea, su médico puede recomendarle pruebas de detección o tratamiento.
La principal medida de prevención es que:
- Si ha tenido una lesión en la cabeza o la columna vertebral, informe a su médico sobre cualquier síntoma de FLC, como dolores de cabeza, náuseas o vómitos.
- Si tiene una infección del oído o de los senos paranasales, consulte a su médico para obtener tratamiento.
- Si tiene un tumor cerebral o de la columna vertebral, trabaje con su médico para controlar el tumor y reducir el riesgo de FLC.
- Si tiene un defecto congénito de la columna vertebral, hable con su médico sobre las formas de prevenir la FLC.
Tratamientos para la Fístula de Líquido Cefalorraquídeo
El tratamiento de la fístula de líquido cefalorraquídeo (FLC) depende del tipo y la gravedad de la fuga:
- Tratamiento de las FLC leves: el tratamiento puede consistir en reposo en cama, elevación de la cabeza y medicamentos para reducir la producción de líquido cefalorraquídeo. Si la fuga no se resuelve en unas pocas semanas, puede ser necesario realizar una cirugía.
- Tratamiento de las FLC graves: el tratamiento quirúrgico es el tratamiento más eficaz para las FLC graves. El objetivo de la cirugía es cerrar la fuga y restaurar el flujo normal del líquido cefalorraquídeo.
Hay dos tipos principales de cirugía para la FLC según la ubicación y el tamaño de la fuga:
- Cirugía endoscópica: Esta técnica utiliza un endoscopio, un tubo delgado con una cámara en la punta, para visualizar la fuga y colocar un parche para cerrarla.
- Cirugía abierta: Esta técnica utiliza una incisión más grande para acceder a la fuga y cerrarla.
Pruebas diagnósticas
El diagnóstico de la fístula de líquido cefalorraquídeo (FLC) se basa en los síntomas del paciente y en los resultados de las pruebas de imagen. Las pruebas de imagen más comunes utilizadas para diagnosticar la FLC son:
- Análisis Clínico de una muestra de dicho líquido: se centra en la búsqueda de marcadores bioquímicos específicos que se encuentran en el LCR pero no en otros fluidos biológicos, como la sangre,
- Tomografía computarizada (TC): utiliza rayos X para crear imágenes del cuerpo. La TC puede ser útil para detectar una fuga de líquido cefalorraquídeo si hay líquido presente en la nariz o el oído.
- Resonancia magnética (RM): utiliza campos magnéticos y ondas de radio para crear imágenes del cuerpo. La RM es más sensible que la TC para detectar fugas de líquido cefalorraquídeo, y puede ser útil para identificar la ubicación y el tamaño de la fuga.
Otras pruebas que pueden ser útiles para diagnosticar la FLC incluyen:
- Pruebas de laboratorio: pueden ayudar a identificar la causa de la fuga, como una infección o un tumor.
- Punción lumbar: se utiliza para extraer una muestra de líquido cefalorraquídeo que se puede examinar para detectar signos de infección o inflamación.
- Cisternografía: permite visualizar el espacio subaracnoideo. Se inserta un endoscopio a través de la nariz o el oído para visualizarlo.
La combinación de pruebas de imagen y otras pruebas puede ayudar a diagnosticar la FLC con precisión.
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