Los tumores en la nariz y senos paranasales son crecimientos anormales de tejido en la cavidad nasal o en los senos paranasales, que pueden ser benignos (no cancerosos) o malignos (cancerosos).
Los tumores malignos nasosinusales son considerados raros, son más frecuentes en hombres que en mujeres y tienen su pico de prevalencia entre los 50 y los 59 años de edad1,2.
Los síntomas de los malignos con otras patologías benignas son parecidos, contribuyendo a que sean diagnosticados en estado avanzado y con ello a elevar su mortalidad1,2.
Fuentes:
1Tumores malignos de las fosas nasales y senos paranasales. Granulomas malignos. Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL) .
2Estimaciones de la incidencia del cáncer en España, 2022. Red Española de Registros de Cáncer (REDECAN), 2022.
Qué son los Tumores de nariz
Los tumores de nariz son crecimientos anormales que se desarrollan en la cavidad nasal o en los senos paranasales. Los senos paranasales son cavidades llenas de aire que se encuentran en la cara, alrededor de la nariz.
Los tumores de la cavidad nasal y los senos paranasales son considerados raros, representando solo el 0.2% de todos los tumores malignos (Sociedad Español de Oncología Médica).
Síntomas de los Tumores de nariz
Los síntomas de los tumores de nariz pueden variar en función del tipo y el tamaño del tumor.
Los síntomas más comunes incluyen:
- Obstrucción o bloqueo nasal: no de los lados de la nariz puede estar bloqueado o congestionado, lo que dificulta la respiración a través de la nariz. Esto puede provocar dificultad para respirar (especialmente durante actividades físicas), ronquidos y somnolencia diurna (por dificultad para dormir).
- Congestión nasal: pueden provocar una sensación de congestión nasal, incluso cuando no hay secreciones. Esto puede dificultar la respiración y la audición.
- Secreción nasal: puede haber una descarga constante de moco, que a veces es maloliente, y puede ser sanguinolenta.
- Sangrado nasal (Epistaxis): puede ocurrir sangrado nasal, que en algunos casos puede ser frecuente o difícil de controlar.
- Reducción o pérdida del sentido del olfato (anosmia): pueden obstruir los conductos que conducen al sentido del olfato, lo que provoca pérdida del olfato. Esto puede dificultar la degustación de los alimentos y disfrutar de las experiencias sensoriales.
- Dolor o presión: también puede haber dolor o sensación de presión en la cara, especialmente en el área de los senos paranasales, la frente o detrás de los ojos.
- Problemas de visión: en casos avanzados, el tumor puede afectar los ojos y causar cambios en la visión, como visión doble o disminución de la visión.
- Deformidad facial o protuberancia: puede aparecer una protuberancia o deformidad en la cara o en el paladar.
- Dolor de cabeza: los tumores nasales a veces pueden causar dolor de cabeza persistente.
- Cambio en la voz: si el tumor afecta ciertas partes de la cavidad nasal o los senos paranasales, puede haber un cambio notable en la voz, como una voz nasal.
Es importante tener en cuenta que estos síntomas también pueden ser causados por otras afecciones, como la sinusitis, la alergia o la poliposis nasal. Por lo tanto, es importante consultar a un médico para obtener un diagnóstico preciso.
Tipos de Tumores de nariz
Los tumores de nariz pueden clasificarse en varias categorías, dependiendo de su naturaleza (benigna o maligna) y el tipo de tejido del que se originan.
Según el tipo de tejido en que se originan:
- Tumores epiteliales: son los más comunes. Se originan en las células que recubren la cavidad nasal y los senos paranasales.
- Tumores no epiteliales: son menos comunes. Se originan en otros tejidos, como los vasos sanguíneos, los nervios o los músculos.
Algunos de los tipos más comunes según su naturaleza son:
Tumores benignos
- Pólipos nasales: crecimientos suaves y no cancerosos que se desarrollan en el revestimiento de la nariz o los senos paranasales.
- Papilomas nasales: tumores benignos que crecen en el revestimiento interior de la nariz.
- Angiofibromas juveniles: tumores benignos pero localmente agresivos, que generalmente se encuentran en adolescentes varones y se originan en la parte posterior de la cavidad nasal.
- Hemangiomas: tumores benignos compuestos de vasos sanguíneos anormales, aunque son menos comunes en la nariz.
- Cistos: son bolsas llenas de líquido que se desarrollan en la piel o los tejidos blandos.
- Osteomas: son crecimientos óseos que se desarrollan en el interior de la nariz.
Tumores malignos
- Carcinoma de células escamosas: el tipo más común de cáncer nasal y de senos paranasales. Se origina en las células que recubren estas áreas.
- Adenocarcinoma: cáncer que se forma en las células glandulares y es más común en los senos paranasales que en la cavidad nasal.
- Melanoma maligno: un tipo de cáncer de piel que puede ocurrir raramente en el interior de la nariz o los senos paranasales.
- Sarcomas: tumores que se desarrollan en los huesos, cartílagos o tejidos blandos de la nariz y los senos paranasales.
- Carcinoma adenoide quístico: un tipo de cáncer que generalmente se origina en las glándulas salivales pero puede ocurrir en la nariz y los senos paranasales.
- Estesioneuroblastoma (Olfactory Neuroblastoma): un tipo raro de cáncer que se origina en el tejido nervioso relacionado con el sentido del olfato en la parte superior de la cavidad nasal.
Es importante destacar que la presentación clínica y el tratamiento de estos tumores varían ampliamente dependiendo de su tipo y ubicación, así como de otros factores como el tamaño y la propagación del tumor. La detección temprana y el manejo adecuado por parte de especialistas en otorrinolaringología o oncología son cruciales para mejorar los resultados del tratamiento.
Por qué se produce los Tumores de nariz
Las causas exactas de los tumores de nariz pueden variar y a menudo son difíciles de determinar. Sin embargo, se han identificado varios factores de riesgo y condiciones asociadas que pueden aumentar la probabilidad de desarrollar estos tumores.
Algunos de los factores más comunes en los tumores de nariz y senos paranasales son:
- Factores ambientales y ocupacionales:
- Exposición a ciertos químicos o polvo: la exposición a sustancias como el polvo de madera, químicos utilizados en la industria del cuero, textiles, pintura, o en la fabricación de calzado ha sido asociada con un mayor riesgo de desarrollar cánceres nasales y de los senos paranasales.
- Humo del tabaco: es un factor de riesgo conocido para muchos tipos de cáncer, incluyendo los de la nariz y los senos paranasales.
- Infecciones crónicas y condiciones inflamatorias: la inflamación crónica en la nariz y los senos paranasales, como la que se observa en la rinosinusitis crónica, puede aumentar el riesgo de ciertos tipos de tumores.
- Factores genéticos: aunque no es común, algunos tumores nasales pueden tener un componente genético, especialmente en casos donde hay síndromes hereditarios conocidos por aumentar el riesgo de cáncer.
- Historia de radioterapia: ka exposición a la radiación en la región de la cabeza y el cuello, especialmente si fue durante la infancia, puede ser un factor de riesgo para el desarrollo posterior de tumores en esta área.
- Edad y género: algunos tipos de tumores nasales, como el angiofibroma juvenil, son más comunes en ciertos grupos de edad o género.
- Condiciones médicas preexistentes: ciertas condiciones médicas preexistentes, como las enfermedades autoinmunes o trastornos que afectan el sistema inmunológico, también pueden aumentar el riesgo de tumores nasales.
- Virus del papiloma humano (VPH): en algunos casos, la infección por ciertos tipos de VPH se ha relacionado con el desarrollo de papilomas nasales.
- Virus Epstein-Barr (VEB): el VEB es un virus que puede causar la mononucleosis infecciosa. Las personas infectadas con el VEB tienen un mayor riesgo de desarrollar ciertos tipos de cáncer, incluido el cáncer de nariz.
Es importante recordar que la presencia de uno o más de estos factores no significa que una persona desarrollará necesariamente un tumor nasal. Muchos de estos tumores se desarrollan sin una causa clara identificable. La comprensión de estos factores de riesgo puede ayudar en la prevención y en la detección temprana.
Cómo se pueden prevenir los Tumores de nariz
La prevención de los tumores de nariz, especialmente de aquellos de naturaleza cancerosa, implica principalmente reducir la exposición a factores de riesgo conocidos y adoptar un estilo de vida saludable.
Algunas estrategias que pueden ayudar a reducir el riesgo:
- Evitar la exposición a sustancias nocivas: minimizar la exposición a productos químicos industriales, especialmente en entornos de trabajo (como la industria del cuero, la carpintería, y la fabricación de calzado) utilizando equipo de protección personal adecuado si se trabaja en ambientes con sustancias químicas nocivas o polvo.
- Evitar el tabaquismo: dejar de fumar puede reducir significativamente el riesgo de desarrollar tumores de nariz.
- Mantener una buena higiene nasal y sinusal: tratar adecuadamente las infecciones de las vías respiratorias superiores y las condiciones crónicas como la sinusitis para evitar inflamaciones prolongadas.
- Dieta y estilo de vida saludables: mantener una dieta equilibrada rica en frutas y verduras, y realizar ejercicio regularmente para mejorar la salud general y fortalecer el sistema inmunológico.
- Protección contra la radiación: limitar la exposición a radiaciones ionizantes, especialmente en la región de la cabeza y el cuello. Esto incluye el uso judicioso de exámenes médicos por imágenes que impliquen radiación.
- Vacunación contra el VPH: en algunos casos, la vacunación contra el Virus del Papiloma Humano (VPH) puede ser recomendable, ya que ciertos tipos de VPH están asociados con el desarrollo de papilomas nasales.
- Control de enfermedades crónicas y autoinmunes: administrar adecuadamente las enfermedades crónicas y autoinmunes, ya que pueden afectar el sistema inmunológico y aumentar el riesgo de ciertos tipos de cáncer.
Es importante tener en cuenta que aunque estas medidas pueden ayudar a reducir el riesgo, no garantizan una prevención completa de los tumores nasales. En caso de tener síntomas persistentes o preocupantes relacionados con la nariz o los senos paranasales, se recomienda consultar a un médico para una evaluación adecuada.
Tratamientos para los Tumores de nariz
El tratamiento de los tumores de nariz y senos paranasales depende de varios factores, incluyendo el tipo y tamaño del tumor, si es benigno o maligno, la ubicación exacta del tumor, y el estado general de salud del paciente.
Algunas de las opciones de tratamiento comunes incluyen:
- Cirugía:
- Resección del tumor: la extirpación quirúrgica es a menudo el tratamiento principal para los tumores nasales, especialmente si son grandes o malignos. La cirugía puede variar desde procedimientos mínimamente invasivos hasta cirugías más extensas que implican la resección de partes del hueso o tejido circundante.
- Cirugía endoscópica nasal: para tumores más pequeños o en ciertas ubicaciones, se puede utilizar cirugía endoscópica, que es menos invasiva y tiene un tiempo de recuperación más corto.
- Radioterapia: se utiliza frecuentemente para tumores malignos, ya sea como tratamiento principal o después de la cirugía para eliminar cualquier célula cancerosa residual. La radioterapia también puede usarse para reducir los síntomas en casos de tumores inoperables.
- Quimioterapia: a menudo se emplea en combinación con la radioterapia para tratar tumores malignos, especialmente si hay evidencia de que el cáncer se ha diseminado.
- Terapia dirigida e inmunoterapia: estas son opciones más recientes para algunos tipos de cáncer de nariz y senos paranasales. Funcionan al interferir con aspectos específicos de las células cancerosas o al fortalecer el sistema inmunológico del cuerpo para luchar contra el cáncer.
- Manejo de síntomas y cuidados paliativos: para los tumores avanzados o en casos donde el tratamiento curativo no es posible, el enfoque puede centrarse en aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida del paciente.
- Seguimiento regular: después del tratamiento, se necesitan chequeos regulares para monitorear la recurrencia del tumor y manejar cualquier efecto secundario del tratamiento.
Después de la cirugía, es importante seguir las instrucciones de su médico para ayudar a prevenir la recurrencia de los pólipos. Estas instrucciones pueden incluir el uso de medicamentos antiinflamatorios, la realización de lavados nasales y el control de los factores desencadenantes de la alergia.
Pruebas diagnósticas
Para diagnosticar los tumores de nariz se utilizan diversas pruebas diagnósticas que ayudan a determinar la presencia, ubicación, tamaño y tipo del tumor. Estas pruebas son esenciales para planificar el tratamiento adecuado.
Algunas de las pruebas diagnósticas más comunes incluyen:
- Examen físico: una inspección cuidadosa de la cavidad nasal a menudo utilizando un instrumento llamado espéculo nasal. El médico también puede palpar el cuello y la cara para buscar signos de inflamación o masas.
- Endoscopia nasal con rinomicroscopio: en la rinoscopia se utiliza un endoscopio, un tubo delgado y flexible con una luz y una cámara en el extremo, para inspeccionar el interior de las fosas nasales y los senos paranasales.
- Endoscopia nasal con rinofibrolaringoscopio: también conocida como rinofibrolaringoscopia proporciona un mayor detalle en la visualización de las zonas afectadas. Permite observar cualquier crecimiento anormal o bloqueo con mayor precisión.
- Tomografía computarizada (TC): es una forma de imagen médica que utiliza rayos X para crear imágenes detalladas del interior del cuerpo. La TC de la cabeza y la cara puede ayudar a mostrar el tamaño, la ubicación y la extensión del tumor, así como si el tumor se ha extendido a otras partes de la cabeza o el cuello.
- Resonancia magnética (RM): utiliza ondas de radio para crear imágenes detalladas del interior del cuerpo. La RM de la cabeza y la cara puede proporcionar imágenes similares a las de la TC, pero pueden ser más sensibles en la detección de tumores pequeños o en la evaluación de la extensión del tumor a los tejidos blandos.
- Biopsia: implica la extracción de una pequeña muestra de tejido del tumor para su análisis en el laboratorio. Esto es crucial para determinar si el tumor es benigno o maligno y para identificar el tipo específico de células cancerosas, si las hay. Hay tres tipos principales de biopsia que se pueden realizar para diagnosticar los tumores de nariz: biopsia con aguja, por punción con aguja gruesa y quirúrgica.
- Rayos X: aunque menos detallados que la TC o la RM los rayos X pueden usarse en algunos casos para obtener imágenes generales de la estructura ósea de la nariz y los senos paranasales.
- Tomografía por Emisión de Positrones (PET): es una prueba de imagen médica que utiliza una sustancia llamada fluorodesoxiglucosa (FDG) para crear imágenes del interior del cuerpo. La FDG es una forma de glucosa que se une a las células cancerosas con más avidez que las células normales.. Proporciona información sobre el metabolismo del tumor.
- Pruebas de Laboratorio: incluyen análisis de sangre y otros exámenes para evaluar la salud general del paciente y ayudar en el diagnóstico.
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